“Ningún anuncio hará que compre algo que no quiero”

ningun anuncio“¡Vives sin microondas!”, exclama Martha Rogers. Aún los hay que aguantan sin ciertos aparatos pese al sonrojo que sus defensores hacen pasar como si fuera pecado sin penitencia. Rogers perdona. No le falta sentido del humor. Educada, elegante, guapa y con una sonrisa muy expresiva, tan dicharachera como sus manos, Rogers es de esas personas que alguien llamó gurú —sea lo que sea—. Lo suyo es el marketing y los negocios, dos gigantes que ella enfrenta para que gane otro: el consumidor. Ahora es ella la que consume. “¿Esto es con el tenedor o la mano?”, pregunta con el ojo enganchado a un langostino del revés. Seguir leyendo